COMO SI...
DE HECHO, ÉSTO ES EL FINAL.
El final de toda duda, dices.
El final de todo egoísmo,
dices.
El final de ese querer estar en
todas partes a la vez,
como si solapar momentos fuera igual
a llenar vida, dices.
Porque sí, todo
fue así desde el primer día, pero
ésto
es el final de todo aquél principio,
dices.
Y sí, te creo.
Porque
contigo el final es constante.
Contigo el final
siempre es “ahora”
Contigo el final
siempre está en el aire y tú eres ya oxígeno.
Contigo, hay que dormirse cada noche
leyendo:
“Erase una vez...el final
de otro cuento”
Y aún así, sigo esperando que todo
cambie.
Que yo sea Moisés y tú abras mares.
Porque a veces, lo parece.
Parece que sí.
Que sí.
Pero todo, al final, es como si SÍ,
pero NO...
Todo es como si...
Como si...
Como si me dijeras “Te amo” y
gritaran “corten”.
Como si navegara en busca de libertad
y al atracar, me nombraran colono.
Como si te enamoraras al fin de mi y
me diera cuenta de que soy él.
Como si pudiera perderme en una isla
desierta y me hicieras llevarme 3 cosas.
Como si por fin llegara a tu puerto y
te hubieras hecho escalera.
Como si me
tuvieras delante y siguieras viendo mis fotos.
Como si jugáramos
al escondite en mitad de un descampado.
Como si yo fuera
el maquillaje y tú la piel que no se acepta.
Como si tú fueras
maratón y yo sólo tu dorsal.
Como si me
pidieras ser tu soga sabiendo que eres inmortal.
Como si bajara al infierno y fuera
otro dejà vú.
Como si huyera del orfanato y volviera
a morir mi padre.
Como si plantara semillas y me
brotaran lápidas.
Como si me besaras sólo por tener
alzheimer pero yo pudiera recordar tu compasión eternamente.
Como si compartiéramos el mismo
espacio pero jamás el mismo tiempo.
Como si fuera un
amante y por sonar en mi teléfono un mensaje, creyera ser el primer
plato.
Como si me tatuara
“Carpe diem” en un brazo hueco.
Como si pudiera
tener tu cuerpo presente, para siempre,
pero jamás toda tu alma y
jamás toda tu mente.
Como si fueras
sueño en bucle y realidad en espera.
Sueño
en bucle, en bucle y realidad en espera. Sueño en bucle, en bucle,
en bucle
y
realidad en bucle, en bucle, en bucle
y
realidad en bucle, en bucle, en bucle
y
sueño...en espera.
Como si SÍ,
pero NO.
Pero siempre NO.
El final del
egoísmo, dices.
El final de toda
duda, dices.
El final de amar a
medias, dices.
Esto es
el final de todo aquél principio, dices.
Hoy es
un nuevo principio, dices...
Pero no puede haber
otro principio cuando ya hubo un inicio.
Porque:
Volver a darte un
primer beso sería
como si una madre
pudiera volver a dar a luz a su hijo de 6 meses.
Volver a
enamorarnos sería
como si la
esperanza fuera un complot del gobierno contra la ciencia.
Volver a confiar en
que no mientas sería
como si un padre
descubriera que los Reyes Magos son los hijos.
Volver a tener
juntos un orgasmo sería
como si no
aceptáramos que lo nuestro nunca fue sexo. Fueron partos.
Así que sí.
Ésto es
el final del egoísmo,
digo.
El final de toda duda,
digo.
El final de amar a medias,
digo.
Esto es el final de todo aquél
principio, digo.
Porque,
este intento desesperado por volver a creer en espejismos,
nunca será un principio,
pues mi único principio es que
nunca aceptaré que me acompañe quién no me ha merecido.
Así
que no, digo...
ESTO NO ES EL
PRINCIPIO.
DE HECHO, ÉSTO
ES EL FINAL.