SALVA SOLER (POEMAS Y VÍDEOS)

  Todo se rompió tras un golpe...tan certero. Pero me mantuve firme en forma. Como se mantienen los pedazos de un espejo esperando a que uno solo  caiga, para desplomarse entero. Me mantuve resquebrajado, permitiendo,  incluso, que otros se reflejaran en mi ejemplo. Y ahora, que apareces de imprevisto, resquebrajadas ya, mi casa,  mi entorno, mis antes,  mi base, mi bolsillo,  mi ropa... ahora, que amenazas,  incluso, con importarme: Me escondo las mangas del jersey para que no veas que están  rotas. Me escondo las suelas para que no veas que están  rotas. Me escondo el orgullo para que no veas que está  roto. Me escondo la ilusión para que no veas que está  rota. Y me escondo la necesidad para que no veas que está  intacta. Y me repelo, al preferir seguir viendo mi cara reflejada entre mil grietas, a arriesgarme a sentir tus manos tan cercanas, que pudieran, en una caricia,   en un entrelazo  o en una despedida, darme el último golpe, el

      Es fácil ponerse del lado del fuerte.  Del poderoso.  Del popular.  Es fácil ponerse del lado del que alza la voz sabiendo  que tiene detrás un ejército de redes que no permiten su caída ni su abismo.  Es fácil apoyar al carismático.  Defender la opinión del mayoritario.  Lo difícil es defender al débil.  Ponerse en la piel del rechazado.  Ponerse detrás del último de toda fila.  Lo difícil es posicionarse activamente frente a la injusticia y no frente a la corriente.  Lo difícil es no dejar nuestra conciencia abandonada a su suerte.  Lo fácil es ser parte de un ejército de ciegos.  Lo fácil es ser piedras que alguien lance  contra quién no tiene escudo para defenderse.  Lo fácil es camuflarse entre los que llevan las chaquetas más brillantes.  Lo difícil  es que entendamos lo fácil que es,  que un día,  seamos nosotros el débil, el indefenso o el rechazado.  Y lo más fácil es que entendamos,  justo en ese momento en el que nos pase por encima la corriente,  porqué nadie tiende

  Usamos y tiramos. Usamos y tiramos. Usamos cosas y las tiramos. Usamos modas y las modas se apoderan de nosotros. Confundimos personalidad con moda. Usamos, tiramos y cambiamos de personalidad antes de pasar de moda. Usamos personas como usamos las cosas y como pasamos las modas. Usamos personas y las tiramos. Acumulamos personas en nuestras listas de la compra. Y al final, ya no sabemos de fondo y sólo sabemos de forma. Y al final, sólo sabemos el valor de la forma de aquello que compramos. Y en el fondo, somos sólo superficie. Y en el fondo, nada nos llena porque no tenemos ya profundidad para llenarnos. Sólo usamos y tiramos. Usamos y tiramos. Besamos pero no amamos. Cogemos pero no acompañamos. Estamos pero no impactamos Follamos pero no extasiamos. Oímos pero no escuchamos. Hablamos pero no inspiramos. Usamos y tiramos. Usamos y tiramos. En la forma, somos pragmáticos en vez de magos. Y en el fondo, somos máquinas en vez de humanos. Usamos

  La soledad, como un campo de batalla. Esperándome a la vuelta de la esquina. Disfrazándose de calma, de pausa, de meditación ya mil veces meditada, de edificios de colores camuflando el gris de mis pupilas desgastadas. La soledad apretando las paredes hacia dentro hasta atravesarme el pecho y quedarse, como se queda la espada atravesada entre una causa justa y un imperio. La soledad, entrando por la ventana, como un soplo de aire viejo. Descubriéndome que a uno, se le puede triplicar la propia edad si no hay cerca un testigo que, sea entre silencios o sea entre infinitos, como un mantra de cobijo, nos recuerde: “permaneces”.       Salva Soler, 2018