DESPERTADOR SUBCONSCIENTE
El despertador me ha fallado. Jamás me advierte que está retrasado. O tal vez es tan inteligente que lee, sin querer, subconscientes. Y el mío le cuenta hace tiempo que quiere poder volar lejos. Salir de esta rutina asfixiante. Menguante. De esta aridez insultante. Acepto su desafío. Vuelvo a quedarme dormido. Colándose, esta vez, un descuido. Un testigo. El que siempre quiero ser y nunca he sido. Y, en pleno estado REM, él transforma sueños en recuerdos. Anhelos en andanzas. La Historia entera en el tablero de mi juego, en el que invento yo las reglas. Usando como dado aquello que nos viene dado. Aquello que nos da infinito al ser sumado. Y al lanzarlo: Salgo de esa vida en que estoy preso. De la maldita casilla en la que caigo cada día. La de la cárcel urbanita. Corro como un potro desbocado. Lucho contra griegos y romanos. Defiendo Atenas y Cartag...