ENCANTAMIENTO
Un billón de trillones de motas de polvo se acumulan sobre nuestro antiguo sofá de coquetear. Nosotros lo seguimos ignorando sentados justo enfrente, pero a varios años ya de distancia, sacándole brillo constantemente a nuestro altivo sofá de desfallecer. Tu cuerpo está aquí. Y tú, tan ausente. Tan desdibujada. Tan eclipsada por lo que fuiste y, tal vez, por lo que serás. Mi cuerpo está aquí. Y yo, tan ausente. Tan desdibujado. Tan eclipsado por lo que fui y, tal vez, por lo que serás. Pero seguimos. Seguimos jugando a matemáticos verbales. Conjugando fórmulas para ecualizarnos en la sintonía menos mala. Conversación tras conversación. Conversación tras conversación. Repetición tras repetición. Y al final, tal vez, tras tanto tiempo pactando para amansarnos en un punto intermedio, lo que nos acabe destruyendo no serán las t...